Cuando andando por la urbe
me siento más liviano
cierro los ojos y escucho
es ese susurro callado.
Cuando se desnuda la mente
vaciando aguas estancadas,
al inspirar el aire fluido
los sueños baten las alas.
Amigo viento,
que me bañas de libertad
no me abandone tu manto
en la viciada ciudad.
viernes, 3 de abril de 2009
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