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miércoles, 30 de diciembre de 2009

Springfield

Lo reconozco,
soy un burgués de clase media
un revolucionario de salón
y es que me hago capitalista en este sitio,
mi perdición.

Si la belleza llevase ropa
la habría sacado de este filón
cada vez que busco algo
voy al Springfield, no hay imitación.

Las zapatillas-zapatos
los zapatos-zapatillas
no importa el nombre
¡Si ya no hay que ir a misa!

Los jerseys a rayas
que rayan lo sublime
y las chicas majas
que sonríen mi despiste.

Sólo hay un pero
que olvido como buen cliente:
“Made in China”
se jacta la etiqueta
¿Pero en la China de los derechos?
del derecho a ser explotado...
mejor lo guardo en el armario
no vaya a ser que acabe rayado.

¿Te apetezco?

Pensé…


Hoy me apetece quererte,
- te dije, somnoliento-
…como ayer,
o más que ayer…
como seguro que me apetece quererte
tanto
(tanto o más)… mañana,
porque no hay un solo día
que no amanezca pensando en ti…
al levantarme empalmado de la cama


Pensamiento caprichoso...
¿Empalmado?
Atrevido pensamiento…



Hoy me apetece Comerte
- respondiste -
Despedazarte en gemidos,
Convertirte en mil pedazos de piel
que quema (como la mía),
que renace con cada beso
que te doy (o que te debo),
voy a Devorarte como yo solo sé
(como te gusta),
dejando a un lado el café, y las tostadas,
comenzando ¡bien fuerte! el desayuno
con tu cuerpo.
No dejaré ni una sola gota de leche,
sobre tu piel,
ni de sudor,
sobre mi pecho,
me lo beberé…
te lo comerás…
todo;
sé que en tu excitación no hay sequía,
ni que tampoco pasarás hambre con mi cuerpo,
pero hoy me he levantado
sedienta de placer,
hambrienta de tus besos…
Hoy, me apeteces…


Pensé...
Hoy… le apetezco.




X. Vaan der Var

martes, 29 de diciembre de 2009

En los infiernos de las 6 de la mañana

Hundido de nuevo en los infiernos
de las seis de la mañana,
de los que el whisky mana
ahumado de tabaco y soledad;

Ni encuentran salvación ni se equivocan
cuando "no sanan con alcohol estas heridas"
piensan las almas perdidas
mientras piden desalmadas la penúltima copa

"Mañana abandono para siempre esta ciudad,
quiero vivir mi infierno bajo otros cielos,
¿te parece si fingimos engañar
al abandono esta última noche?"
Me preguntó cuando ya iban a cerrar
y buscaba sin éxito las llaves de mi coche

¿Cómo me iba a oponer
a semejante oferta?
¿Cómo iba yo a saber
que no era otra mujer
sin nombre ni ancla
en la memoria,
sino más bien
otra mantis religiosa
presta a poner los pies en polvorosa
justo después de comer?

Antes de darme cuenta
ya estaba en su casa
atrapado en sus andares,
su mirada y
...casi dentro de su bata,

embriagado por las copas de soledad
me desnudé, sin quitarme la ropa,
y ella se refugió tras su cuerpo desnudo,

contada en segundos, la noche fue corta,
si fuesen los besos la medida,
la noche fue larga y a la vez poca,
pero, si la medimos en moralina
lo cierto es que la noche
fue muy poco comedida,

Hasta que el sol,
eludiendo mis plegarias,
dio paso al día...
y el día...
...a la despedida

¿Volveré a verte? Pregunté
casi afligido
y calló, como respuesta
lo único que obtube...
...fue el sonido de la puerta

Esa noche aprendí
que tampoco se equivocan
quienes saben que caben
el cielo y el infierno
en una boca,
y al día siguiente...
que los besos tirados a quemarropa
dejan cicatriz...

En el mismo momento
en que aprendí a quererla
salía un avión del aeropuerto,
una lágrima del mar
que todos llevamos dentro
de reprimir...
...nuestras ganas de llorar
escapaban también
una reina de su reino,
unos labios de sus besos...
y un condenado de su cielo
al infierno
de las seis de la mañana.

lunes, 28 de diciembre de 2009

La belleza

La belleza es una muchacha humilde y risueña
que escapa de los altares y los discursos
baja corriendo las escaleras
abre la puerta sale a la calle
y respira por la entereza
la entereza de ser sólo viento
más libre cuanto más ella
la certeza de alzar los ojos
y ver a la gente igual que ella
y ver que al unir sus voces
hacen más alta la marea
hasta que salpique la riqueza
de los pobres de entereza
que mueven los hilos en desconcierto
la dictadura de las fieras
pero la belleza es una muchacha
que no teme porque cree en ella
cree que lo que nos une
es mayor que lo que nos dispersa
y cree que sólo odian
los que la niegan con firmeza
porque no saben de su sonrisa
ni de sus ojos transparentes, la pureza
no saben de su amor infinito
por todo lo que la rodea
entonces la belleza, la de Aute
la de las películas e historietas
la de las canciones de Amaral
y la que idolatran los poetas
la que huye de medallas
cansada de palabras viejas
la que sólo quiere actos
que dignifiquen su existencia
saluda a la muchedumbre
y dice: ahora,
cambiemos la Tierra.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Autista

Arrastro mis ojos por el suelo.
Me convierto en autista y,
presa de mis cadenas de aire,
busco una esquina siesa
para balancearme en miserias
y sentirme incómodamente viva.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Riesgo

“Quizá la razón más importante que me impulsa a arriesgarme es
el haber descubierto que al hacerlo, tanto si triunfo como si fracaso,
aprendo. Aprender, especialmente de la experiencia, ha sido el elemento
principal que ha hecho que mi vida valga la pena. Aprender de ese modo
me ayuda a desarrollarme. Por consiguiente, sigo arriesgándome”
Carl R. Rogers


Riesgo de ser desde dentro,
de probar la alas sabias
que nos despliegan sin contorno.
De aparcar vientres y entrañas,
y usar "goteras" o "Levante".
Riesgo de escuchar cuando se impone hablar
y de hablar exclusivamente lo cierto.

Adentrarse en lo desconocido.

Riesgo de actuar de un color nuevo,
tomar aire, y atravesar los cristales deseados.
Correr el riesgo de ser completamente.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

El suicidio

Ella sintió un escalofrío.

Él estaba sentado tras el escritorio, semidesnudo. Confinado entre sus dedos inmóviles, un vaso de güisqui le velaba, absorbiendo el dorado líquido la débil luz del flexo.
En el centro de la mesa, un folio empapado con sus últimas lágrimas. Un charco de palabras se extendía bajo la exánime punta de la pluma.

Sin atreverse a tocarlo, leyó lentamente las palabras y rompió a llorar, abandonando el cuarto.
Él levantó el vaso, bebió, y observó como el último pedazo de su sombra se desvanecía en el umbral de la puerta.

Y supo que no volvería a verla.

martes, 22 de diciembre de 2009

No lo olvides

Cuando la noche sea completamente negra
incluso vestida de vodka y teñida de fiesta,
cuando, hasta la luna te abandone,

cuando lo mejor de tus sueños sea no estar despierta,
cuando solo te acompañen tus canciones,
cuando haciendo sol, pronostiquen tus ojos tormenta,

cuando en tu lucha venza el pesimismo,
cuando todos los días suceda lo mismo,
cuando solo en los recuerdos quedé alegría,

Cuando pierda el brillo tu mirada,
cuando se te quede sin sangre la otra mejilla,
cuando nada valga nada,

cuando te fallen las convicciones más profundas,
cuando no asciendas, cuando te hundas,
cuando ni el agua sea transparente,

cuando no te queden fuerzas para volverte a levantar,
cuando tu sonrisa tan solo sea aparente,
cuando solo quieras ser tragada por el mar,

cuando solo encuentres gente
de mirada turbia y lengua de serpiente
cuando buscas a un amigo,

no olvides nunca...
...que puedes contar conmigo

sábado, 19 de diciembre de 2009

Sin título (para ser coherente con lo escrito)

Basta ya de nombrar.
Dejemos que la vida se pronuncie por sí misma.

Cumbre del Clima ´09: Porca miseria

El mundo ha estado en vilo los quince días que duraba la cumbre. La sociedad civil (las ONG, movimientos sociales...) había anunciado con entusiasmo la oportunidad de cambio que representaba el evento, había pretendido crear conciencia de lo que estaba en juego. Se ve que no ha calado en los que lamentablemente llevan la batuta: estos señores que se encargan de cosas serias, gente bien formada (deberían haberles instruido en el sentido común, como ya sabemos el menos común de los sentidos), estos políticos que han tirado las ilusiones de la humanidad por el retrete. Bueno, se está empezando a admitir de forma generalizada (¡Ya era hora!) la influencia del hombre en el cambio climático y se habla del objetivo de evitar una subida de más de dos grados en la temperatura del planeta. Ya es algo. Pone un fondo de dinero para pagar la adaptación al cambio climático de los países pobres. Ya es algo. Pero como dice el director ejecutivo de Oxfam Internacional, es un triunfo de la propaganda por encima de la sustancia, puesto que no es vinculante, no tiene cifras de recorte de emisiones... es en definitiva el timo de la estampita. Políticos de la cumbre, déjense de palabras bonitas, que para eso ya tenemos poemas y cuentos, y hagan lo que tienen que hacer y no han hecho, fijar objetivos vinculantes de reducción de gases contaminantes. Señores políticos déjense de ser esclavos de sus propias economías nacionales y de las grandes empresas y por favor, hablen claro. ¿Qué para eso no está la política? Pues habrá que reinventarla. Cómo se come que hayan echado a una gran parte de los representantes de la sociedad civil, las ONG, durante la cumbre. Porque esos son los que nos representan y no ustedes señores políticos. Porque los intereses de los gobiernos no son más que mirarse el ombligo, mientras que las ONG, que también tienen intereses pero más nobles, aspiran a lo que algún iluso llamó el bien común, el bienestar general, que no es sino la salud del planeta. Ya lo dijo Lula, si esperamos el movimiento de los compañeros, todos seremos perdedores. Y así ha sido. El resultado no está a la altura de las circunstancias, el acuerdo de mínimos es lo mínimo que se podía acordar, si no querían que la cumbre ya fuese un timo declarado. Una vez más se vuelve a constatar que la sociedad civil está tres mil leguas por delante de sus señores malgobiernamundos.
En fin. Tendremos el planeta que nos merecemos. Ha sido un duro golpe para la esperanza.

Sin concluir

Inconcluso
se me antoja el pasado
de cierres bien puestos desprovisto.
Inconclusa
me asalta en los sueños la despiadada indesición.
Inconclusas
quedan las conversaciones de miradas huidizas
de verbos ambiguos
de calladas añoranzas
Inconcluida
caida
al nihilismo
de la vaga ilusión

La duda corrompe nuestros pasos
y pisamos en blando
hundiéndonos

¿Y que esperabas?
¿Y que espero?
Somos humanos


Carla.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Cerdo ecológico

Yo soy un cerdo ecológico
que quiere pastar
en las dehesas de la villa
no, en las de ultramar.

Yo soy una noche sin luna
una aguja en un pajar
un Aladín sin alfombra
con la que volar
enamorar.

Yo soy un cerdo ecológico
que cambió bellotas por ilusiones
por las noches de bohemia
escondidas en los rincones
por los rincones de muchachas
que fabrican las pasiones.

Yo soy un cerdo ecológico
que no teme al sacrificio
que prefiere morir por todos
a guardárselo para uno mismo
y en cada luna en cada verso
en cada verte sólo verte
en cada lucha en cada sueño
en cada vez que me lo creo
voy muriendo de a poco
y en la gente voy renaciendo.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Tu primavera

¡Qué hermoso es tu cuerpo en mi primavera!
cuando los deltas se han hecho mares,
por placer, y mi boca forma ríos
que de excitación los llenan.

¡Qué hermoso es tu cuerpo en mi primavera!
cuando siembro de besos tu entrepierna,
esa tierra de perenne deseo
que humedece tu pradera.

Deltas, mares, praderas, ríos, sueños…
Todo es primavera, roja, verde,
color… y sangre que altera mi vida
mientras alteras mi cuerpo.

Es época de cosecha, escucho,
oigo tu vientre pidiendo la semilla,
a gritos, y se acerca mi simiente,
por tu arena, penetrando…

Arena, curva, mares, pliegues, barro…
Todo es primavera, todo a tu lado,
siembro, floreces, recojo saliva
que está envuelta en pecado.

¡Qué hermoso es tu cuerpo en mi primavera!
Venus alaba su delta, no es santo,
cómo pecaría si no sembrara
yo, con mis besos, tus labios.

¡Qué hermoso es tu cuerpo en mi primavera!
¡Qué hermosos racimos caen, de placer,
se derraman, sin querer, por tus venas!
Déjame, tan solo… déjame…

Sembrarte de amor, de nuevo, déjame,
recolectar caricias de tus senos…
Déjame, una vez más, convertir
en primavera mis sueños.


ALBERTO GUERRA

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Sólo era un banco

Sólo era un banco, un viejo y desvencijado banco al final de un parque, tan inútil, tan indefenso que lo conmovió. Sintió lástima del árbol derrumbado para crear el banco, sintió rabia por las máquinas que lo fabricaron, sintió consideración con el dueño que había invertido en comprar las máquinas y ponerlas en funcionamiento y con el comprador que con tanta determinación había pagado el banco y lo había colocado en aquel lugar del parque, justo al final, para que los caminantes pudiesen arañar sus últimos minutos entre los árboles.

Sintió desprecio por aquellos caminantes que abandonaron el banco, que cada día abandonaban el banco, pues estimaba que eran ellos los culpables de su triste final. Ellos habían traído las conversaciones, las risas, las caricias, los besos, habían llenado el banco de vida, pero al marcharse dejaban desechos, magulladuras y hasta la carcoma que lo devoraba por dentro.

Sí, indudablemente sólo era un banco y fue precisamente eso lo que suscitó la sorpresa de su admirador ¡Cuánto tienen que soportar los pobrecitos! Pensó. El granizo de la madrugada, el ardiente sol de la tarde, el frío del invierno, las lluvias primaverales, las pedradas de los mocosos, los desechos de las palomas y la indiferencia, la cruel indiferencia de los humanos. “Sin duda tu trabajo es uno de los más duros” le susurró dulcemente.

Se sentó un momento sobre él y la madera crujió bajó su cuerpo, “ups, lo siento. Olvidé que te habías jubilado.” Y se levantó al tiempo. “Pareces afligido” le dijo pasado un rato, “no deberías estarlo, eso es fatal para la salud, atraerás a la carcoma si te ve debilucho” y sonrió para animarlo. Pero el banco no contestó, siguió sumido en su mismo mutismo inicial. “Dime algo ¿estás bien?”… y apoyó su mano en el respaldo en un gesto de consolación. Pero el consuelo resultó ser más dañino que reconfortante y el respaldo se rompió en pedazos. ¡Dios mío! Exclamó. ¡Te he matado! Y se apartó asustado ante el horror de su acción. ¡Lo siento, te juro que no era mi intención! Suplicó mirando al cielo, por si acaso. Guardó un minuto de silencio.

Decidió hacerle un regalo póstumo a su amigo, ¿y que mejor que un funeral? Construyó un altar con flores alrededor del banco, le contó que habían venido muchos invitados -una pequeña mentirijilla. Para que no se sintiera solo-. Y al terminar la ceremonia se marchó a casa.

Días después, superado el dolor de la pérdida volvió al parque a visitar la tumba de su amigo, pero en su lugar encontró un deslumbrante y novedoso columpio para niños. “¿Y el banco que había aquí?” Interpeló a un caminante. “¿Se refiere al banco sucio y destartalado? Hace una semana que se lo llevaron”. “¿Pero por qué?, ¿A dónde se lo llevaron?”, “¡Y yo que sé!” Le contestó su interlocutor en un tono de fastidio “sólo era un banco”.


Carla

No voy a hacer nada que no ame

No voy a hacer nada que no ame.
Asi que cerraré algunas puertas,
abriré otras, precintadas desde hace tiempo;
me limpiaré la arena de los bolsillos,
coseré los rotos antiguos
y escupiré el agua estancada.

Quermaré la ropa que no uso
y los papeles de letras fósiles;
guardaré los que aun palpiten.

Jamás usaré letras correctas por ser correctas,
sólo me pronunciaré desde mi centro.
Regalaré muebles viejos y adornos sin alma,
pedazos de corazón sólo de adorno
y pedazos del alma en exceso amueblados.

Beberé esencias, quizá algunas prohibidas
por la censura añeja de mi razón;
palabras y música me darán forma,
no voy a hacer nada que no ame.

Me puliré el cuerpo, dejandome sin piel muerta
- lo muerto no deja florecer deseos-
y saborearé el gusto de cada paso elegido.

lunes, 14 de diciembre de 2009

La leyenda del arco iris

Los niños y los no tan niños quedaron impresionados con la leyenda de Ojos Grandes. Les parecía increíble que la vida pudiera proceder del vecino planeta azul. Pero lo que más les impactó fue que hubiera existido una civilización tan inteligente como para viajar por el espacio y tan absolutamente estúpida como para destruir su propia casa. Con razón no era más que una leyenda, pensaron los adultos, sin embargo los chiquillos no hacían más que preguntar al sabio Singht acerca de cómo era la vida en la Tierra. El anciano, que gozaba de una lucidez excepcional, dejaba volar su imaginación para relatarles las venturas y desventuras de hipotéticos terrícolas ancestrales. Pero dejemos una vez más al viejo Singht hacer de narrador, que en estos instantes les va a relatar un cuento de su propia cosecha:

“ Los habitantes de la hermosa Tierra disfrutaban de un fenómeno paranormal de majestuosa belleza. Por desconocidas convergencias cósmicas, de cuando en cuando, un arco de colores aparecía en el cielo. Entonces, cada uno de sus habitantes se adjudicaba el tanto según sus desvelos. Los filántropos decían que en algún lugar del mundo se había cometido una buena obra, los empresarios pensaban que eran tiempos propicios para invertir en nuevos mercados, los ludópatas podía oler la victoria en la próxima partida de poker y así un largo etcétera a imagen y semejanza de las laberínticas mentes de cada persona. Y puesto que inventaron la explicación del semicírculo multicolor, no tuvieron mayor reparo en hacer lo mismo con su origen. Para ello recurrieron a una leyenda, la leyenda del arco iris:

En la noche de los tiempos, el creador del universo quiso maravillar a sus efímeras criaturas. No se le ocurrió mejor idea que juntar los colores y unirlos en una sonrisa inversa que se luciría en el cielo. El problema es que no había sitio para todos, más bien había sitio para siete colores. Con lo que convocó a los interesados para que defendiesen su incorporación en el nuevo proyecto del joven dios.
Primero habló el blanco que no tuvo más que autodenominarse como el color de la paz para estar ya suficientemente justificado. Después le tocó el turno al amarillo que prefirió identificarse con la luz y la espiritualidad. Posteriormente el naranja dijo sonriendo que era el color de la alegría, para que a continuación el verde dijese con toda naturalidad que era el color de la esperanza. El cian se identificó con el agua y por tanto con la vida, ese continuo fluir. Posteriormente el violeta, mientras echaba a volar, confesó ser el color de la utopía. El añil, con los pies más en la tierra, dijo ser el color de la estabilidad. Después apareció el gris que se autodefinió como el color de la templanza, y a su lado, pero en las antípodas ideológicas, el magenta, que en un arrebato dijo ser el color del amor. Por último habló el negro que no sabía que era peor si definirse como el color de la muerte o como el de la oscuridad. Finalmente optó por la muerte, con poco convencimiento. Todos estos fueron los colores que se dignaron a aparecer.
El dios, dubitativo, no sabía qué colores eliminar, todos le parecían importantes. El blanco, aprovechando este momento de confusión, se acercó al creador y le susurró que también era el color de la limpieza, de la pureza. El dios, que no sabía a cuáles decir adiós...
Cuando de repente observó que al darse la vuelta, el blanco tenía el negro en su reverso. Comprobó que al negro también le pasaba lo mismo pero al revés. Y en el giro también apreció que de perfil el negro-blanco era en realidad gris. ¡No podía ser! ¡Tres colores en uno! Cuando sus humanitos vieran el invento apreciarían la diferencia de ver el arco iris desde los tres puntos de vista; eso no era la perfección que tanto ansiaba.
Así que decidió eliminar al blanco-gris-negro. Y al negro, que tan pesaroso estaba de ser el color de la muerte le dijo:
- No pongas esa cara, que la muerte como la vida, son las dos caras de una misma moneda. Además hay un secreto que desconoces y que quizás descubran algún día los pintores. Si se superponen los colores primarios, esos que mezclándose entre sí producen la mayoría de los colores, el resultado eres tú. ¿No te parece una bonita metáfora? Sólo cuando se ha probado toda la amalgama de colores de la vida, sólo cuando hemos vivido plenamente, se tendrá constancia de nuestra muerte, porque hay gente que “no puede morir” porque no ha llegado a vivir; sólo los que han VIVIDO, con todos los colores que ello puede generar, algún día sabremos que han muerto.”

sábado, 12 de diciembre de 2009

Malus ego

Caminando ando
por calles oxidadas de ruido.
Hay poco ritmo en mis pasos
y una curvatura de fracaso
de pensamientos deprimidos.

Caminando ando
con la idea de cazar culos
poniendo punto y aparte
a amores que no hubo.
Tantas aventuras pasadas
de saliva edulcorada
sacando protuberancias fuera
con palabras congeladas.

Caminando ando
con una mochila y un libro
indicando que quiero ser algo
distinto a lo consumido.

Caminando ando
con poesías poco poéticas
y ripios bajo el brazo.

Y sí, camino andando
con una mano atrás
y otra señalando
a este mundo sin pies
con tantos impulsos
y ojos que no ven.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Niños

Echando la vista atrás, he decidido publicar esta letra que escribi hace tiempo. Fue concebida para ser canción, y durante un tiempo, lo fue.

Niños que nacen matados en vida de hambre,
olvidados, de un trabajo que explota cansados,
maltratados por un sistema que anula a gran parte del mundo:
a unos quita la vida, a otros nos marca el rumbo,
no hace vivir atados.

Niños que nacen con SIDA, condenados
a salir de un vientre que al poco estará enterrado,
sin ayuda, nadie echará una mano
a los que para el sistema sobran: los ignorados.

Niños que nacen con el móvil bajo el brazo,
enganchados a una pantalla plana que contamina sus horas muertas,
consolados por muñecos que eruptan, sonríen y dan abrazos;
y los padres ausentes, esclavos de un trabajo
que compra a sus hijos lo que ellos les han negado:
ternura, palabras, tiempo
oir como crecen dentro de esta vida
que, dicen, es un regalo
sobre todo siendo del Norte:
privilegiado.

martes, 8 de diciembre de 2009

Every time we say Coltrane

Cada vez que decimos adiós
se añade un silencio en el pentagrama.

Cada vez que nos despedimos para siempre
se enciende una luz, escondida en una habitación de un octavo piso sin ascensor.

Cada vez que se ve partir el contacto que una vez consiguió aunar los minutos y darles un desorden extremadamente poco vulgar, se enciende el tocadiscos y me lleva a las teclas blancas, negras, juntas de un piano, al deslizamiento de los trombones sobre la melodía de los bares, a los baños de carretera.

Cada vez que decimos adiós
se añaden cuatro notas en otro pentagrama.

Cada beso de distanciamiento
despide el aroma que el jazz puso en las entrañas de la música.

Cada vez que decimos adiós
nos cambiamos de gabardina y salimos a las noches de faros de auto,
de nieve en las alcantarillas, de tiendas de antigüedades sin precio,
de callejones tan estrechos que cambian de estación a voluntad.

Cada vez que la piel se enfría
las hogueras de papeles aparecen por las esquinas ardiendo entrecortadas y recogemos llamas en nuestros bolsillos para crear una historia tibia en unos años.

Cada vez que decimos adiós
rompemos un pentagrama.

Los octavos pisos están a reventar de gente. Gente que se cae, gente que inventa otra bombilla que encender, gente que cierra por fuera y no vuelve a pisar la ciudad, gente que echa de menos su propia despedida, gente que no vuelve a pensar en música por miedo a las partituras rotas.

Every time we say goodbye.

-Gon-

Dudas de forma y fondo

Lo que escribo
sin forma
y con fondo
me construye como humana.
Lo íntimo sucio,
caótico, libre.

La forma
es un pozo de aplausos.
El fondo,
la fuente para saber darlos
para conocer tus manos.

Pero tanto los aplausos ajenos
como las manos propias
nos modelan...

sábado, 5 de diciembre de 2009

Barquito solitario

Antes que conservarlo intacto
en las vitrinas de los corazones impolutos
donde desfilan apagadas
las vidas de cristal,
preferí hacer de él un puzzle
y lanzarlo a otros continentes
oculto en los cabellos
de las flores de mujer.
Por valentía o por instinto
fui regalando sus piezas
como si en cada una de ellas
volviera a amanecer
y hoy me siento ermitaño
como puzzle desencajado
un barquito solitario
sin timón ni timonel.
Mi vela, no henchida al viento
el barquito, que se ha encallado
se han callado los pterodáctilos
por la melancolía del ayer,
más todavía me quedan piezas
el puzzle es mucho puzzle
la vida es muy ancha
como para dejar de creer.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Pepinos en la playa

Me salen los agricultores por las orejas
yo, que nunca he plantado nada
sólo una vez, por la buena causa
yo, que nunca he sembrado nada
sólo palabras a ver si vuelan
sueño ahora con lentejas
que si no las veo en clase
las tendré esta noche de cena
y si no las cuotas o la cerveza
esta me importa menos estudiarla
pero casi es mejor beberla
¡Que no hay quien se fume estas materias!
PAC, PAC y PAC
precios, mercado y miseria
los pepinos en la playa
y mi mente, la que lleva,
cansada de tanto comercio,
política agraria, esta sí que es buena,
espero no volverme loco
entre tanta paja y avena
si algo me ha quedado claro
es que los agricultores
van de pena.