Próximos recitales

ninguno programado

jueves, 30 de julio de 2009

Texto de Lao Tsé, siglo VI a.C.

Para que haya paz en el mundo,
es necesario que las naciones vivan en paz.
Para que haya paz entre las naciones,
las ciudades no deben alzarse una contra otra.
Para que haya paz en las ciudades,
los vecinos deben entenderse.
Para que haya paz entre los vecinos,
es necesario que reine armonía en el hogar.
Para que haya paz en casa,
es necesario encontrarla en el corazón propio.

Lao Tsé

miércoles, 29 de julio de 2009

lunes, 27 de julio de 2009

Insomnio

Es otra noche de insomnio, otra solitaria noche de insomnio. Tengo la costumbre de pasar estas noches dando una vuelta por la ciudad, pero como no encuentro las llaves de casa me es imposible salir a la calle. Incapaz de hacer otra cosa me dedico a dar vueltas por el salón. Como en tantas noches en vela, solo cuento con la compañía del cenicero lleno, una hoja en blanco y un boli todavía virgen que esperan impacientes a que me alcance la inspiración, pese a que saben tan bien como yo, que hace ya tiempo que las musas perdieron mi dirección, o simplemente me abandonaron, como han ido haciendo todas las cosas importantes de mi vida. Pese a ser consciente de que no escribiré nada, todas las noches saco del segundo cajón de mi mesa la misma hoja y el boli confiando en el milagro.

Miro por la ventana y veo que las estrellas se han alejado un poco más y que no hay luna. Tres meses hace que las estrellas me rehuyen y que la luna no aparece en el cielo.

Tres meses hace que el sol ha dejado de calentar y que tengo el frío albergado en los huesos. La primera semana lo consideré como algo normal que el tiempo se encargaría de volver a encender el sol, de acercar las estrellas, de iluminar la luna. Pero lejos de mejorar, la segunda semana fue peor que la primera. A la tercera semana ya me encontraba sin trabajo, y aquellos que fueron mis amigos comenzaron a regirme y a considerarme huraño.

Vuelvo a mirar el móvil, ansioso, aunque, como era de esperar, no tenía ninguna llamada. La angustia diaria al principio se veía interrumpida por la emoción y el nerviosismo que me dominaba al sonar el teléfono, aunque estos sentimientos tardaban poco en desaparecer cuando la voz que sonaba al otro lado del auricular no era la tuya. Era entonces cuando me inundaba la mayor angustia y desesperanza. Desasosiego solo comparable al que esta noche experimento. Pero, ya no me llaman amigos ni compañeros de trabajo preocupados por mi estado de ánimo o, incluso, de salud.
Pero hoy terminara todo, para bien o para mal (aunque todo parece indicar que para mal), hoy es el día 92. Peor, hoy es la noche 92, en solo unas horas habrá terminado la larga espera. Aun resuenan en mi cabeza las palabras que dijiste ese trágico día, con lágrimas en los ojos y gestos de despedida. “Me costara mucho perdonarte, de hecho, no se siquiera si podré, pero se que si no logro perdonarte no quiero volver a tener nada contigo”. Y antes de irte con los ojos húmedos y el semblante duro cual piedra, concluiste con “dame un plazo de tres meses, si en esos tres meses no he dado señales de vida, dejare de existir para ti, y no tendrás mas rastro de mi que el que quede en tu cabeza”. Una y otra vez han repetido mis labios esas palabras en estos 92 días de la más absoluta soledad. Pero hoy concluye tu plazo, y… el teléfono sigue siendo virgen de tus llamadas.

Me sumerjo en mis recuerdos y no puedo concebir como decidí acabar así, con la única etapa de felicidad que he tenido en la vida, hace tres meses, yo era una persona con un trabajo estable y satisfactorio, con amigos, con inspiración y, ante todo, con ese excelente antídoto contra la soledad que eres tu, con tus delgados y perfilados labios, con tus profundos ojos de color miel en los que igual puedes mirar durante horas sin encontrar el fondo, como te muestran en segundos la mas perfecta expresión de lo que sienten, con una mirada capaz de llegar a una intimidante susceptibilidad a la hora de descubrir tus pensamientos y dejarte en la mas absoluta desnudez, con la blancura y fragilidad de tu cara, con la perfecta armonía que guardan o guardaban tu cuerpo y mis manos… … pero eso dejo de existir hace 92 noches.
En la soledad de mi casa solo se oye el perpetuo ruido del reloj que repite monótonamente el tictac que acompaña al movimiento del segundero, del afilado segundero. Un sonido constante… cortante…

Es Sísifo, pienso a menudo, condenado ha hacer lo mismo sin avanzar por toda la eternidad, volviendo siempre al punto de partida, como yo.

Ojala pudiese volver a hablarte, tenerte delante y explicarte como te necesito, que cometí un error, el mas grande de mi vida, pero el castigo había sido excesivo, no han sido 92 días, han transcurrido años desde que te despediste hace tres meses. Han pasado 92 noches formadas por innumerables horas, en ocasiones por días.

Vuelvo a coger el teléfono, si por lo menos tuviese alguna forma de contactar contigo… pero no, te aseguraste de que pudieses tomar tu decisión sin mi presencia, y en el caso de que quieras abandonarme, de que no te encuentre. Cambiaste de móvil, dejaste el alquiler y desapareciste, probablemente para siempre…

Unas horas, tan solo unas horas, vuelvo a pensar al ver las agujas del reloj marcando la una y media. En cuanto amaneciese, toda mi Vida, mi verdadera Vida, será lo más parecido a una alucinación, algo que solo a pasado por mi mente, sin haber dejado huella en la realidad. Excepto la angustia.

Maldita noche, maldito alcohol, maldita mujer, y maldita mi mala suerte. ¿Por qué siempre tengo que culpar a los demás de mis errores?, maldito yo, maldita mi inconsciencia, mis hormonas, mi falta de voluntad… ¿Quién me iba a decir que acabaría así? Solo íbamos a ir a tomar unas copas, serían las tres de la noche, lúgubre hora, cuando se acerco ella… el resto se lo pueden imaginar, una mirada… una sonrisa… el tonteo… un beso… otro… y después, algo más… arrepentimiento, confesión, llantos, tensiones, acaloradas discusiones… y por fin, la despedida. Despedida…

Necesito despejarme, el piso esta lleno de humo. Abro la ventana. Me golpea el frío aire de la calle. Pero me gusta, me saca de mi amodorramiento y me enciendo otro pitillo. El humo se va disipando rápidamente en el aire fresco que va inundando la habitación.

Mi atención por enésima vez en el único retrato que hay sobre la única estantería del salón. Bajo un marco plateado, la fotografía muestra dos rostros sonrientes, con los ojos vivos mirándose entre si, es una foto que, aunque irradie alegría, vuelve a humedecer mis ojos. Un Pienso con una triste desesperanza que mañana la única foto de mi casa desaparecerá, para siempre. Un fulgurante y potente sol ilumina la foto. ¿Dónde se habrá escondido? Tienen suerte en Groenlandia, su noche solo dura seis meses.

Mis pensamientos se ven interrumpidos por un estremecimiento causado por una corriente de aire frío que acaba de atravesar el salón. Cierro la ventana. Olvidaba que el frío no viene de la calle, lo llevo dentro.

El cansancio se va apoderando de mi cuerpo, músculo a músculo y me obliga a batirme en duro duelo con mis parpados que amenazan con cerrarse cuando apenas quedan unas horas para que termine el plazo. Me siento como un condenado a muerte, que espera en su celda las pocas horas que quedan para la hora de su ejecución, esperando inútilmente la improbable llamada de indulgencia que termine con su pena. Las pocas noches que duermo, dentro de esta larga noche que no termina, sueño con mi silla eléctrica particular. Mi ejecución tendrá lugar al alba. Mañana despertare muerto, tan frío como los muertos… tan solo como los muertos.

Esta noche, como tantas otras, no me acostare en mi cama. Es demasiado grande y vacía sin ti. Fría cama de frías sabanas. No, soy incapaz de dormir ahí. Aun no he descubierto calefactor ni mantas capaces de calentarme en el duro colchón en el que tan fácilmente te hundías, y en el que tan fácil nos era escapar del mundo fabricando nuestra propia atmósfera de cálida felicidad. Pero eso fue en otro siglo. Ahora, sin embargo, nuestro micromundo pasa por su primera glaciación que amenaza con extinguirme, acabando con la Vida y dejándome en la inerte y angustiosa existencia.

Voy perdiendo mi pulso contra el cansancio, y poco a poco me voy hundiendo en el sofá, hasta el punto de que me sé incapaz de levantarme del mullido sofá en el que me hallo.

Ya he sido derrotado, la oscuridad se apodera de la estancia en el mismo momento en que se cierran mis ojos y caigo en un ligero sueño, me permite oír los ruidos de la calle que traspasan la ventana. ¿O solo los imagino?, por mi fatigada mente circulan sin vigilancia los sonidos de mi alrededor, el motor de un coche, un grito de un hombre, una moto, la música de una discoteca, un teléfono, otro coche….


NACHO HIDALGO

miércoles, 22 de julio de 2009

Tu novio, Tu trabajo y Tu esfera de cristal

Ingresaste, voluntaria como todos,
en tu prisión de máxima seguridad,
tu novio, tu trabajo y tu esfera de cristal,
te adaptaste a que el tiempo pase
como pasan los días sin pan

olvidando que el volar
no exige más alas que valor
y saltar al vacío
hacia la sensatez del desvarío

Pero chiquilla date cuenta
que no se pueden sincronizar
los latidos de un reloj
con las olas del mar

que te corre por la sangre
viento, lluvia, sol y hambre...
...hambre de libertad

Sin saber muy bien el como,
te dejaste atrapar
en este mundo de alambre
del que temes escapar

¿Qué dirán tu novio, tus jefes
y los vecinos de tu esfera de cristal?

Descubrirás tarde o temprano
que encerrarse en la pareja
es poner al viento rejas
por las que se infiltrará
el suave rumor de la libertad
que la luna siempre es menguante
cuando uno no es navegante
por la vida
y decide ser farero...
en un puerto de montaña,
que las retinas se empañan
cuando vives por tu novio
y tu trabajo en tu esfera de cristal


NACHO HIDALGO

jueves, 16 de julio de 2009

Conciencia del final

Escribo aquí
en horas de piedra,
apoyada
sobre un café de hielo.
Me intento sobreponer
a la conciencia del final.
El cuerpo
se destroza
bajo tierra.

El final.

El cuerpo se rompe.
El final
devora nuestra seducción,
desdibuja curvas y sonrisas.

Escribo temblando
certezas lejanas.
Intento digerir
la muerte.
Quiero creer
que jamás seremos Nada.

Pero
lo que ven
nuestros ojos parciales,
lo que ellos ven,
se tiñe de desorden
y miserias,
se quiebra,
se resquebraja
y, finalmente,
muere.

Las agujas
del tiempo fúnebre
nos rasgarán
el pecho.
No sabemos
qué seremos.

Duele más
en soledad,
en esta cultura
de sólo cuerpo,
en este aire
que parece renovarse
a temporadas.
En esta eternidad falsa.

La melancolía
suple a la esperanza.
Y lo que ven
nuestros ojos
se acaba.

miércoles, 15 de julio de 2009

Desarrollo económico y social

Soy un chico de bien:
ascético,
compulsivo del trabajo,
con sentido del deber y
pasión por el ahorro.
Mis fines
no son personales y
me siento muy solo.

lunes, 13 de julio de 2009

Sé de un sitio

Sé de un sitio donde las palabras no hieren
ni siquiera engañan
porque las personas se miran a los ojos.

Sé de un sitio donde los países no dividen
sus fronteras no enfrentan
porque las personas se miran a los ojos.

Sé de un sitio donde la violencia no existe
no es el refugio de los débiles
porque las personas se miran a los ojos.

Sé de un sitio donde las personas se aman
y he dicho bien, se aman
porque las personas se miran a los ojos.

Sé de un sitio donde los egos no compiten
sólo entienden de ayuda
porque las personas se miran a los ojos.

Sé de un sitio donde el panadero, el electricista
el mecánico, el banquero, el futbolista
el médico, el ingeniero
no se miran por encima o debajo del hombro
porque las personas se miran a los ojos.

Sé de un sitio que no existe
y he dicho mal, existe en mi imaginación
si nos miramos a los ojos
puede que algún día cambie la canción.

viernes, 10 de julio de 2009

Euro nuestro

Euro nuestro, que estás en los Bancos,
especulado sea tu Nombre;
venga a nosotros el Libre Mercado;
hágase tu voluntad en los pobres como en los ricos.
Danos hoy nuestra riqueza de cada día;
honra nuestras deudas
como también nosotros
honramos a los que nos deben;
déjanos caer en la tentación, y
líbranos de la bondad. Amén

domingo, 5 de julio de 2009

Declaración de intenciones

Quiero arte.
Quiero creatividad.
Quiero sueños.

Despegar los pies del suelo.
Y caer,
desde lo alto.
Que me lime el dolor.
Pero lo que he vivido planeando,
eso no me lo quita nadie.

Quiero complejidad.
Quiero grandeza.
Quiero contradicciones.

Desgarrarme en el dolor.
Deshacerme en la belleza.

Quiero miedo,
miedo de realidad,
no de fantasmas.
Quiero intensidad.
Quiero escaparme de los límites.
Quiero vértigo.

Quiero desvelarme,
encontrarme, saberme.
Quiero aristas y vértices,
quiero auroras y vientres.
Quiero extremos,
euforia, éxtasis.
Quiero rosas con espinas.

No quiero rutina.
No quiero orden.
Tan solo quiero punto medio
en su justa medida,
para descansar
y usarlo de "tiempo muerto"
entre vida y vida.

Quiero experiencias.
Quiero errores.
Quiero entrega.
Quiero encontrar algo
por lo que merezca la pena
dar esta leve vida.

Quiero incertidumbre.
Quiero sorpresas.
Quiero creación.
Quiero preguntas.

Renacer en cada momento.
Olvidar todo lo que no sea vida.

Quiero personas.
Enredarme en ellas.
Buscar hasta vestirme
de retazos de otras almas.

Quiero sentir otra vez
que no hay límites,
que los muros los creamos nosotros.

Que hay tres dimensiones,
cuatro puntos cardinales,
y aire infinito
y espacio infinito también.
Pero la mente es más libre
que todo ello junto.

jueves, 2 de julio de 2009

Me ha dicho un delfín

Me ha dicho un delfín
que lo mejor de dosmilnuevo
está por llegar
dice que el segundo semestre
voy a aprender a nadar.
Viene de parte de los pterodáctilos
que han migrado buscando nuevos sueños.
El acuático animal
me va a enseñar a nadar a contracorriente
a fluir con las olas
a bucear hasta las profundidades más tenebrosas
sobre todo está empeñado en que sea como el agua,
que sutilmente llena toda la vida
que sutilmente a todo se adapta y todo lo adopta.
Dice el delfín
que intente ser delfín por un rato
me sumerja en el océano
y olvide todo, sólo capte el silencio
para al poco volver a la superficie
y saltar con las fuerzas renovadas.
Dice que nadar, flotar, bucear
es lo más parecido que tenemos a volar
así que no me lo piense dos veces
y vuele sin necesidad de alas.

Seguid soñando

Vosotros, pequeños tejedores del mundo, me habéis enseñado, probablemente sin daros cuenta, cosas para mi muy importantes.

Que sólo hay una persona que no merezca la pena en la vida: la que no se atrevió a vivir. Que sólo hay un fracaso: no haberlo intentado. Que lo importante no es ser buen poeta sino buena persona. Que sólo hay un te quiero desperdiciado: el que no se dijo. Que ser sabio no es saber muchas cosas sino conservar siempre la ilusión. Que la poesía nació para ser regalada y no para ser vendida, que todo lo importante de esta vida es gratuito y que así seguirá siendo, que todo lo que no sea de corazón en esta vida cuenta poco. Y que simplificando mucho hay dos tipos de persona en esta vida: las que dan todo lo que tienen y lo ganan todo y los que no dan nada y lo pierden todo.

Vosotros, pequeños tejedores de una gran realidad que va mucho más allá de vosotros mismos, seguid cantando vuestras canciones de esperanza para este mundo de dolor y sufrimiento, seguid llenando este mundo de sueños y color pues hay una cosa que también me enseñasteis, que sólo hay un sueño que no se pueda cumplir, el que se dejó de soñar.

Mientras sigáis soñando todo aquello que escribisteis será posible.
Joaquín García

Si

Si no fue fácil y aún así perseveraste.

Si conseguiste atravesar el desierto y la noche y transformar tu sufrimiento en canto.

Si pudiste leer en la naturaleza la historia más bella jamás contada.

Si en los libros no descubres palabras muertas sino puro manantial de vida.

Si eres feliz entre la gente y también cuando estas solo.

Si tú soledad no fue escape egoísta ni silencio cómplice sino profunda comunión para habitar entre los hombres.

Si todo lo que llegarás a conseguir no te lo atribuyes.

Si vives en el presente y consciente del milagro haces de tu vida una constante acción de gracias.

Si nada tienes y aceptas que ya nada volverás a tener.

Si mataste el ego para que creciera tú espíritu.

Si pudiste morir a ti mismo y llenar así tu vida de nombres.

Si algún día lloraste de alegría y sentiste un amor que casi te hizo caer al suelo y
lo que pensaste que ya era el final descubriste que no era más que el comienzo.

Si ya estás entregando tu vida y aún así todavía te parece poco y

miras a la muerte sin miedo, como a una hermana.
Si tú espiritualidad se quedó cerca de la tierra y la gente

y no vives sólo para la eternidad aunque ya la sientas.


Estarás ya en el gran proceso de convertirte en persona.


Y si te dijeron será el esfuerzo el que te habrá la puerta y a ti algo no te cuadraba porque viste que todo lo importante de la vida hasta ahora había sido un don y

pudiste advertir que en toda competición hay siempre muchos perdedores.

Y si te dijeron, lo sentimos

no puedes entrar vestido de esa manera,

no eres quien buscamos,

no te ajustas al perfil, y pese a todo

pudiste convertir el rencor en perdón y

no quisiste vengarte sino que quisiste comprender y

no te viniste abajo y te levantaste y pese a todo seguiste caminando,

verás algún día que aquella crisis era la más grande de las oportunidades y que te estaba preparando para el gran salto de la vida

y que aquellos que no te dejaron entrar te hicieron un enorme favor y fueron realmente tus verdaderos maestros.

Porque aquella puerta que querías entrar no era nada, era polvo, era una nimiedad comparado con la que,

vastísima, imponente, y majestuosa, se presenta ahora ante ti.

Es la gran puerta, una puerta tan grande que si la hubieras intentado soñar no hubiera cabido en tus sueños.

Bienvenido hermano. Has llegado. Y ahora ya por fin podemos decirlo:

estás preparado y puedes entrar.
Joaquín García

El niño

El adulto ve una flor y dice:

“Su nombre en la rosa. Suelen medir determinados centímetros. Es de la familia de las Rosáceas. Procede del área templada del hemisferio norte. Su tallo es espinoso. Sus pétalos son suaves. Su flor es conspicua y las hay de muchos colores. Con ella se suelen hacen ramos de flores, tiene diversos usos en perfumería y cosmética, y desde muy antiguo se ha usado para….”

El niño ve una flor y dice:

¡Mira mamá! ¡Es una flor!

El adulto conoce los nombres. Al niño poco le importan.

El adulto estudia y clasifica la naturaleza exhaustivamente. El niño la vive.

El adulto no suele tener curiosidad y si la tiene suele ser meramente intelectual. La curiosidad del niño es vibrante, es el motor de la vida, algo decisivo y vital.

Para el adulto el cielo está ahí, estuvo ahí y volverá a estar ahí. Para el niño el cielo es algo absolutamente maravilloso.

El adulto se queja de la lluvia. El niño salta en los charcos.

Para el adulto los días se repiten. Para el niño no hay día que no sea nuevo.

Para el adulto la vida a veces es aburrida y sin sentido. Para el niño es una continua celebración.

El adulto transcurre por un camino trazado. El niño se rige por la intuición y su vida es espontánea e impredecible.

El adulto no sale nunca del pasado y el futuro. El niño vive el presente y por ello en la eternidad.

El adulto corre deprisa en su coche y sólo piensa en el destino. El niño mira el paisaje por la ventanilla y disfruta del trayecto.

El adulto es escrupulosamente recto y piensa obsesivamente en el pecado y por ello peca constantemente. El niño es inocente por naturaleza y peca bastante poco.

El adulto ambiciona conseguir y les llama sus logros. El niño juega en la tierra y sabe que pese a todo se marchará con las manos vacías.

El adulto se esfuerza por amar. El niño actúa como realmente es, de manera auténtica, sin máscaras ni artificios, y por eso ama.

El adulto se pregunta por el amor. El niño está completamente embriago por él y lo abraza sin preguntar, como a su madre.

El adulto pocas veces muestra sus sentimientos. El niño lo hace constantemente y cada vez que te dice quiero te estremece hasta las entrañas

El adulto no suele atreverse a vivir. El niño no tiene miedo y su vida es una gran antorcha que arde por los dos lados.

(El adulto ha logrado y aprendido mucho y sin embargo a veces olvida que debe seguir siendo como un niño y que se juega la vida en ello).
Joaquín García

Un te quiero

Un te quiero es una distancia.

Una distancia casi infinita, como la que existe entre la luna y el Sol.

Pero el infinito no es nada para dos personas que se quieren.

Es algo tan pequeño como las manos de un niño o un puñado de arena.

Es algo que no existe realmente, algo que nosotros creamos con la cabeza.

Y si no me crees cierra los ojos y verás que
ya estás con la persona que quieres y está lejos y que puedes abrazarle.

Y que hay una Luna brillando en su pecho y que también hay un Sol brillando en tu corazón.
Joaquín García

Te quiero

Yo no te quiero por tu belleza,
ni por la ropa que utilizas,
ni por las cosas que dices con tu tierna voz
ni porque compartamos cosas que para mí son importantes.

Yo te quiero porque cuando hablas yo veo tus ojos encendidos de ilusión y yo también puedo vivir en tu alegría.

Eres mi pequeña. Y te quiero. Te quiero con locura y poco importa si seré yo con el que compartas tu vida.

Yo lo único que quiero es que seas feliz, que nunca nadie endurezca tu corazón y que sigas viendo la vida con esos ojos vibrantes de la niña que eres y para que pase lo que pase nadie nunca apague su luz.
Joaquín García

Si callo

Si callo,
es porque aún hay fuerzas que no hallo
en los rincones de mi boca
así que no temas cerrarla con tus labios
antes de que intente decir nada
más que estériles palabras encerradas
en burbujas que nacieron en el fango.
Tengo humos que ahuyentar de mi garganta,
y también mieles sin cuerpo
que se gestan cada noche en tu mirada.
Hunde tus dedos en mi pecho
y arráncame de él, lánzame lejos,
sigueme y no preguntes
a dónde voy
ni de dónde vengo.