Llevo toda la noche buscando las palabras
que sin parecer desesperado ni indiferente
ni empalagoso ni ingenuo ni indecente,
y sin ser del todo mentira parezcan verdad,
formen frases que logren que tu alma me abras
para, con cierto disimulo, tus instintos encenderte,
y que forniquemos en tu casa, lo recuerdes para siempre,
repitamos cuanto quieras y no te vuelva a ver más.
y ante esta confesión no me debo disculpar:
aunque mis intenciones no sean puras,
me declararé inocente si me acusan de maldad
pues Dios hace tiempo que reposa en sepultura
y solo él tiene culpa si la vida o el azar
hicieron de mi un poeta en lugar de hacerme cura
NACHO HIDALGO
miércoles, 15 de abril de 2009
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jajaja.gracioso cuanto menos.
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