No me hagas esa sonrisa que me sube al cielo
que me inquieta las entrañas,
no me la hagas niña linda
que sólo por verte otra vez
voy quemando mis telarañas.
No me mires tan sincera
que prendiendo la locura
te imagino más que humana
con esos dos soles por bandera.
Ahora que ya no quedaban lunas
sólo farolas de fin de semana
apareces con tu gracia serena
amenazando mi indiferencia,
y con la esperanza de volver a verte
parece que entra antes la primavera.
miércoles, 1 de abril de 2009
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