Venid conmigo
a trazar una sima en el asfalto,
llenos de humo, escupiendo sin temor
una risa insoportable.
Al frío violento,
venid conmigo, cargados de ruido.
Reflejando en los cristales
pupilas destructoras.
Y en una noche,
mezclemos nuestra sangre imposible
en su plástico absurdo, morid distinto
y jodedles la mezcla.
domingo, 8 de febrero de 2009
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Metáilco... muy metálico.
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