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lunes, 2 de febrero de 2009

Ciclo breve

No sabía muy bien cómo había ido a parar a ese lugar.

Yo sólo me miré al espejo, y escupí al reflejo de mi boca, porque tenía sed. Y entonces me vi arrojado a aquella espiral de segmentos graduados “00:00 | 01:00 | 02:00…” que se hacían pequeños cada vez (y con ellos mis ojos).

“…00:00” ¿? ¡¿Otra vez?!

Entonces perdía el interés, se me olvidaba abrir los ojos y me ponía a pensar tonterías.
Era divertido, quizás también porque sentía aquel pequeño cascabel culpable meneando sus caderas en mi cabeza. Mi cuerpo ladraba desesperado, pidiéndome con ojos blandos que le sacase a la calle, a echar un meo.

"Chsssst, espera un poco, que viene la mejor parte..."

<<¿Qué?>>

Me encogí de hombros: realmente, era un misterio. Tiré de la manga con los dedos y, atónito, limpié el rastro de saliva de aquel rostro flácido que me miraba con desdén y/o indiferencia.

Quédate ahí. A ti te la suda todo, ¿verdad?

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