En la soledad de esta noche estrellada y sin estrellas
compongo lagrimas, versos, humo y cenizas,
recreo besos, encuentros, viajes y caricias,
renuevo mi pacto de fracaso por etílicas botellas.
En el abandono de este día en que hecho de menos añorarte,
de vacíos tan profundos que ni siento tu ausencia,
y termino asumiendo la existencia sin esencia ni apetencia;
el lograr sobrevivir se torna una obra de arte.
Pero no me duele la angustia, ni el vacío,
ni la ingravidez, ni la falta de sentido,
apenas si siento la oscuridad o el frío,
lo que me paraliza y altera, y me oprime y amilana,
lo que me corroe y me mata, y alimenta mi hastío
es saber que ayer fue igual, e igual será mañana.
NACHO HIDALGO
jueves, 5 de marzo de 2009
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