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jueves, 10 de junio de 2010

El triunfo de las pequeñas cosas

Nací en un doce de octubre
un veintidós de febrero,
nací cansado pero valiente;
intentaba pescar orcas
desde mi casita
(aún espero)
soñaba y vivía
en mil sitios diferentes.
Aquello era una vida
que se limita en el recuerdo...
el avión y el tren
no existían para mí,
yo viajaba en los cuentos.

Nací sin gracia,
por la vagina,
esa perenne sonrisa
escondida bajo el vientre;
nací sin pelo,
sigo sin pelo,
como cualquier galán
moderno que se precie.

Nací en el aire
enrarecido de Madrid,
desde la brisa,
tras el susurro
de la luna
a medianoche;
nací con ganas
pero sin prisa,
sobre el asfalto
que mancha la ciudad
ante los coches.

Nací para Ser,
y entre todos los seres
decidí el ser Libre,
nací contra la rutina,
también para defenderte,
que aún hay gente que no siente
la libertad como tangible.

Vago soy
y vago rumbo
en mi ciudad
hacia lo nuevo,
que siempre llamo igual
aunque sea diferente….
Me libero
entre la urbe,
en cada bar donde tapeo,
el metro me da alas
(para beber)
pero por mucho que se anuncie
con él puedo correr...
pero no vuelo.

El miércoles, el eurodía,
durante la semana al Paseo,
que el Prado siempre es gratis
(si eres estudiante y no muy viejo),
sus hermanos Thyssen y Reina Sofía,
hacen un trío de ensueño,
y el Patio es una Maravilla,
y el Círculo inscribe al triángulo
y sus Artes te elevan al cielo,
como en el Barrio de las Letras,
y del vermú (de grifo),y de la noche
que cae y deja versos en el suelo.

Los búhos vuelan desde Cibeles,
la ciudad no duerme, solo sueña,
la gente ríe, canta, se divierte...
crecen en la Plaza los calamares,
y eso que en Madrid no hay mares,
pero sí hay Mareas...
báñate entre sus tapas
y toma vino (no el sol)
entre sus taburetes de madera.

Pinceladas de buen ruido
con cantos contaminados,
libertad de crear,
de creer, de croar
(como príncipes encantados)
un abanico de cines, define
el cisne mi universidad,
y barajas de recitales,
y museos y teatros...
libertad de poder disfrutar
sin el miedo al “qué dirán”
(que en los pueblos hay un rato)
¿y tú de quién eres?
eterna pregunta,
Soy hijo de la tierra y el agua,
soy Barro.


Urbano, como si fuera Papa,
ni urbanista ni ciudadano,
madrileño, no madridista,
que un buen “ista” de Madrid,
debe sentir como un Cristiano.

Fui nacido, en unas horas,
a los pocos días fui llamado,
a los cuantos meses, conocido,
por familiares y amigos
siempre bientratado...
a los muchos años
cambié de registro,
y a menos de un embarazo
oteo los veinticinco
y aún sigo inmadurando.

Deslumbro el cuarto de siglo
descansando la resaca
en tu regazo,
por la noche
entre tus calles, perdido,
disfrutando...
con tallarines y arroz chino,
con cerveza siempre fría
(a un euro) en la mano.

Tengo esencia de ciudad,
el campo solo está bien
para echarte la siesta o leer,
(para los domingos)
para comer la tortilla en pan
o beber en bota el vino.

Dentro de poco, un cuarto ya,
bienviviendo entre tus calles,
sobrebebiendo en mi ciudad,
casi un cuarto de siglo,
dentro y fuera de poco,
en este cuarto, lujurioso,
de la casa más mundana...
¡ten cuidado!
... que está inundada,
(aunque tu cuarto tenga cerrojo)
que en el mundo en que vivimos
la miseria nos baña a todos
(pero siempre naufragan los mismos).

Sin apenas conocerte
cerca de un cuarto de siglo
casi ya hemos disfrutado
¿bifurcarán nuestros caminos?
Rara vez yo lo pensé,
creo que nunca lo imagino...
hay tantos y tantos momentos
en los que poder deleitarse,
tantos y tantos rincones mágicos
que jamás he visto.

Quiero recorrer entera tu piel,
magna capital, acariciarte
con mis pies, descubrir
tus recónditos encantos,
la gente de aquí y de allá,
la gente que has adoptado...
quiero explorar lo desconocido
partiendo de lo conocido,
no necesito escalar el Pirulí,
ni abordar un barco en el Retiro...
¡no quiero ser diferente!
tan solo deseo conocer
en persona a Madrid
y sentir a su gente;
porque las ciudades se miden
por el corazón de sus personas,
por eso quiero degustarte,
Madrid, (con buena onda)
que allá voy con un buen vino
y muchas copas,
a saborear en la gran ciudad
el triunfo de las pequeñas cosas.


ALBERTO GUERRA

4 comentarios:

  1. JJAA UN BUEN HOMENAJE a la tierra que nos vio nacer, morir, o crecer...

    muy chulo.

    He echado de menos el Retiro y a las putillas de Montera

    SALUDOS TORTUGOSOS

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  2. q bueno Albeert. gran homenaje a Madrid, con mucho ritmo como lo sabes hacer.

    OSCAR

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  3. Coincido con lo dicho, muy buen ritmo y bastante atino, no se si iré a la presentacion de tu libro, me exculpo de ante mano, no programo lo que vivo.. pero te deseo mucha suerte!! y las ganas de verte!! ;-)

    Kata

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