Descubrí el deseo en tu mirada,
escuché tu llamada silenciosa,
me acerqué, observandote nerviosa,
y al final, como cada noche, nada.
Moraleja: salvo el orgullo
no hay nada que no cure una paja
NACHO HIDALGO
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Mas claro q el agua, oye XDD
ResponderEliminarMientras no manche...
ResponderEliminarjajaja...mu wena,alvaro.pues esta mu bien.refleja a la perfeccion muxas noxes de ilusiones fracasadas...jajaja.
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