Hay algo que subyace
y estanca.
Exploremos:
El tono tan rojo
de mis deseos.
Las lágrimas
que derramo
tan sólo
en tu mano.
Los colmillos
del vacío
que desgarra.
Lo útil.
No.
Son sólo síntomas.
Son la voz
de lo que se esconde.
La moraleja
de la fábula incrustada.
Lo que no localizo.
Mi cerebro
de dos núcleos.
Y el reconocimiento.
No.
miércoles, 4 de noviembre de 2009
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