El tiempo ha pisado el freno
en este anochecer sombrío
en que tan solo el cenicero lleno
es lienzo de mi vacío.
como todas las noches, de cena, cenizas
y de sueño... Corazones abrasados por el fuego
y de sueño... sinrazones consumiendo nuestro juego
y de sueño... toneladas de cenizas.
La ansiedad toma el poder,
cuando escondo sus fotos en el cajón,
cuando no hay a donde correr,
y se afilan, y acuchillan las agujas del reloj.
Como cada noche cenizas de cena,
que no esperan renaceres de ígneas aves,
ceniza que colapsa mis venas,
cenizas y solo cenizas son todas mis naves.
Ya no sé ni lo que quiero,
ni si corro, me levanto, o me escondo,
me conformo con mantener calientes
los rescoldos de este corazón cenicero.
NACHO HIDALGO
sábado, 5 de septiembre de 2009
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muy bueno
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