Trepa, trepa y trepa, y venga a trepar muros sin cuerda de auxilio.
Ladrillos superpuestos de hegemonía aterradora.
Uno, dos, tres, cuatro... Siempre lo mismo...
Cerrando los ojos dejó de pensar en hormigas trabajadoras,
y llegó esa mano ansiada que le ayudaría a alcanzar la cima.
Y subió, subió a ver la resina de los robles y a uncirse con ella...
para no mirar atrás,
para no caer jamás.
viernes, 20 de agosto de 2010
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Está chula Guille, alcanzando la cima... ;)
ResponderEliminareste el camino Cheli,
ResponderEliminarsigue así ;)