(dedicado a la margarita de carne y hueso)
Había una vez una margarita
que quería ser diente de león
no le importaba perder la belleza
tan sólo quería ser avión.
Andaban muy disgustadas
sus compañeras de profesión
la miraban como a una traidora
por perseguir su vocación.
Sopló fuerte el viento del norte
hasta arrancarla de sus cadenas
se oía que le susurraba:
vuela mariposa vuela.
viernes, 27 de agosto de 2010
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Puff... la margarita de carne y hueso no sabe que decir... GRACIAS!
ResponderEliminarPues claro, dice: OBRIGADA, OBRIGADA
ResponderEliminarBESUELOOO
TORTU/ MARIÁHELEH
jajaja q caxonda la tortu. de nada marga, pa eso estamos los poetas,jajajaja
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