La previa

Mientras vemos el partido del siglo
el mundo no dejará de ser menos injusto,
mientras siguen muriendo en las pateras
qué sentido tiene enorgullecerse de ser español
más bien me avergüenzo de serlo,
mientras seres humanos mueren por no serlo.

Sé que en este momento
lo que escribo puede sonar aguafiestas
tocapelotas o sencillamente hipócrita
sabiendo que disfrutaré como un enano del partido,
pero es que el placer de ver el fútbol
es tan grande como el negocio que se ha montado
sobre lo que es sólo un juego.

Ahora que olvidamos los prejuicios de la bandera
que se lucen rojigualdas hasta en Barcelona
ahora que llamamos la Roja a una selección
cuando antes la roja iba al paredón
ahora que olvidamos las desuniones políticas
y nos une la celebración de una misma causa,
es ahora cuando siento que el mundo es una tragicomedia
en la que el director estaba borracho.