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martes, 22 de mayo de 2012

El viejo

En su vieja barca de pescador mecida por aquel mar infinito le hablaba al viento, era de noche y avanzaba hacia un destello muy leve de luz en el horizonte.
Él era anciano, ya había susurrado toda su vida. Ahora le contaba su último recuerdo, su primer recuerdo de la infancia. Era una sensación, era la primera vez que sentía el odio de otra persona, una crueldad inocente, desagradable, provocada por la confusión que genera el primer amor y la atracción física de un niño. Ellos dos rodeados de una imagen desvelada por los años, un parque de tierra con columpios y una casita de madera. Eso y otra foto más recordaba; un despertador, una canción y su padre despidiéndose de él, hasta pronto.
Se quedó callado mientras que saboreaba una lágrima que había ido a parar a la comisura de sus labios y había recogido con su lengua. Alguna más se alojaba en su garganta, antes o después.
El viento sopló y el asintió, dejó el remo en la barca y sacó su pierna con mucha dificultad por encima de la borda y después la otra. Se empujó con los brazos delgados y tocó la arena con sus pies desnudos, casi no cubría en la oscuridad, enfrente aquel destello. Se puso de pie y comenzó a andar con el agua por las rodillas hasta que perdió de vista la barca. Anduvo un poco más con la compañía del viento y el destello se convirtió en luz clara que bañaba la delgada línea horizontal, brotaron los colores y pronto tuvo que dejar caer sus parpados para que no le hiciese daño el sol amarillo. El cielo rojo, naranja y amarillo. El cielo negro, azul oscuro y azul. Y el mar.
El aire frio corría escapándose de aquella majestuosa aparición ya se habría calentado todo dentro de poco, pero al viejo ya no le tocaba, así que miró atrás y vio su barca de nuevo, ahora era un puntito de madera y se balanceaba el mástil despidiéndose del él.


Adiós barca, adiós vida, adiós hombre, adiós joven, adiós niño, adiós amada, adiós madre y padre, adiós a todos amigos.
Y el mar quedó en calma.


Pablo El Gallego

2 comentarios:

  1. BRUTAL

    Saludos desde terras galegas.

    Tortuguilla

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  2. Somos brutiños en Galicia si. Gracias.

    EH! Yo también estoy en tierras gallegas!



    Pablo El Gallego

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