En su vieja barca de
pescador mecida por aquel mar infinito le hablaba al viento, era de
noche y avanzaba hacia un destello muy leve de luz en el horizonte.
Él era anciano, ya
había susurrado toda su vida. Ahora le contaba su último recuerdo,
su primer recuerdo de la infancia. Era una sensación, era la primera
vez que sentía el odio de otra persona, una crueldad inocente,
desagradable, provocada por la confusión que genera el primer amor y
la atracción física de un niño. Ellos dos rodeados de una imagen
desvelada por los años, un parque de tierra con columpios y una
casita de madera. Eso y otra foto más recordaba; un despertador, una
canción y su padre despidiéndose de él, hasta pronto.
Se quedó callado
mientras que saboreaba una lágrima que había ido a parar a la
comisura de sus labios y había recogido con su lengua. Alguna más
se alojaba en su garganta, antes o después.
El viento sopló y
el asintió, dejó el remo en la barca y sacó su pierna con mucha
dificultad por encima de la borda y después la otra. Se empujó con
los brazos delgados y tocó la arena con sus pies desnudos, casi no
cubría en la oscuridad, enfrente aquel destello. Se puso de pie y
comenzó a andar con el agua por las rodillas hasta que perdió de
vista la barca. Anduvo un poco más con la compañía del viento y el
destello se convirtió en luz clara que bañaba la delgada línea
horizontal, brotaron los colores y pronto tuvo que dejar caer sus
parpados para que no le hiciese daño el sol amarillo. El cielo rojo,
naranja y amarillo. El cielo negro, azul oscuro y azul. Y el mar.
El aire frio corría
escapándose de aquella majestuosa aparición ya se habría calentado
todo dentro de poco, pero al viejo ya no le tocaba, así que miró
atrás y vio su barca de nuevo, ahora era un puntito de madera y se
balanceaba el mástil despidiéndose del él.
Adiós
barca, adiós vida, adiós hombre, adiós joven, adiós niño, adiós
amada, adiós madre y padre, adiós a todos amigos.
Y el mar quedó en
calma.
Pablo El Gallego
BRUTAL
ResponderEliminarSaludos desde terras galegas.
Tortuguilla
Somos brutiños en Galicia si. Gracias.
ResponderEliminarEH! Yo también estoy en tierras gallegas!
Pablo El Gallego